Entre mis pestos no puede faltar la versión con calabaza, ya que es una de mis verduras favoritas que utilizo mucho en la cocina. Me encantan su sabor dulce y su cremosidad que funcionan perfectamente tanto en platos salados como dulces. Y en el pesto resultan increíblemente buenos!! Además es muy fácil de preparar y rica en vitaminas.
La inspiración de este pesto de calabaza se la debo a las hierbas frescas que tengo en mi terraza. Estamos en plena primavera y sobre todo mi tomillo y salvia están floreciendo muy bonitos. Están literalmente para comerse! Y me vienen estupendamente para mi pasión por crear diferentes pestos.
Calabaza y salvia es una combinación que siempre me ha gustado, sobre todo al horno con un chorrito de aceite, una pizca de sal y canela y tal vez ajo. Unos sabores brutales que aplicamos en esta misma receta.
Ahora que ya tenemos claro las hierbas frescas y especias principales, falta un fruto seco para completar: usamos semillas de calabaza (compradas, es decir no de la misma calabaza), que aportan el contraste perfecto con el dulce de la calabaza, gracias a su sabor ligeramente a nueces pero menos agrios que los mismas. Tostamos las semillas antes de utilizarlas para intensificar su rico aroma.
Estos son los ingredientes secretos, luego usamos, como en cada pesto, aceite de oliva y queso parmesano. Necesitamos un buen robot de cocina o una batidora para triturar todo bien y obtener la consistencia cremosa. Y ya está.
Una receta súper deliciosa y nutritiva gracias a la calabaza y sus semillas. Entre las vitaminas y minerales de la calabaza destacan los betacarotenos que en nuestro cuerpo actúa como antioxidante. Y las semillas contienen un verdadero tesoro de nutrientes: son antixoidantes, cuentan con un alto contenido del aminoácido triptófano (que en nuestro cuerpo se convierte en seratonina, la hormona de la felicidad), además con buenos niveles de vitaminas del complejo B (para fortalecer nuestros nervios), magnesio y manganeso entre otros.
Si te apetece probar más recetas con calabaza, puedes probar esta coca con un ganache delicioso o este quinotto.
Para terminar, no sólo puedes combinar el pesto de calabaza con pasta, también va muy bien encima de tostadas/pan, como dip o para acompañar cualquier plato que te ocurra (p.e. una barbacoa). Sé creativo.
Calabaza here we come!!
Disfrútalo. Y si luego te apetece hacer otro pesto, prueba el de guisantes. Está también buenísimo!
Sina
Pesto de Calabaza con Salvia & Tomillo
Ingredientes
- 300 g calabaza
- 40 g de semillas de calabaza
- 45 g de queso parmesano 30 g para el pesto y 15 g para decorar al final
- 2 dientes de ajo
- 5 cucharadas de aceite de oliva
- 1 cucharada de zumo de limón
- canela, pimienta y sal al gusto
- 2 cucharadas/ puñados de hojas de salvia fresca
- 1 cucharada de hojitas de tomillo fresco
- 400 g de pasta (100 g por persona)
Opcional: Cebolla caramelizada
- 1 cebolla roja
- 1 cucharadita de azúcar moreno
- aceite de oliva
Elaboración paso a paso
- Precalentamos el horno a 200 grados (calor arriba y abajo).
- Pelamos y cortamos la calabaza en trozos. En un bol los mezclamos con aceite de oliva (aprox. 1 cucharada) y un poco de sal gruesa. Luego los metemos encima de una bandeja para hornear (cubierto con papel de horno) y los dejamos durante 20-30 minutos hasta que estén tiernos.
- Mientras la calabaza se hace en el horno preparamos el resto de los ingredientes.
- Empezamos con las semillas de calabaza: las tostamos en una sartén anti-adherente sin aceite, con el fuego alto hasta que desplieguen su aroma. No las dejes dorar, porque se vuelven amargas. Cuando estén tostadas, las volcamos en un recipiente en el que luego trituraremos el pesto (sea un bol estrecho y alto para usar una batidora de mano o en el robot de cocina).
- Seguimos con la salvia: cortamos el ajo en trocitos (no deben ser muy pequeños porque luego se tritura todo). En la sartén en la que antes hemos tostado las semillas, ahora añadimos un poco (aprox. 1 cucharada) de aceite de oliva y la calentamos de nuevo. Añadimos primero las hojas de salvia y unos tres minutos después el ajo (ojo que no se queme). Lo freímos 3 minutitos más sólo para desplegar los aromas y para evitar un sabor a ajo demasiado dominante en el pesto. Echamos la salvia y el ajo al recipiente dónde ya están las semillas.
- Para la cebolla caramelizada opcional: cortamos la cebolla en rodajas y la rehogamos a fuego medio hasta que esté blanda. Introducimos el azúcar moreno y rehogamos a fuego medio-bajo durante unos 10 minutos.
- Cuando faltan sólo unos minutos para la calabaza, preparamos la pasta: llenamos una olla con agua, sal y un chorrito de aceite. Cuando hierva añadimos la pasta y la dejamos hervir según la clase de pasta que usames.
- Cuando la calabaza esté tierna, la sacamos y la introducimos en el recipiente dónde ya tenemos las semillas, la salvia y el ajo. Procuramos que se enfríe unos 5 minutos y luego introducimos los ingredientes restantes: el tomillo, el aceite, el zumo de limón, 30 g de queso parmesano, la canela, pimienta y si hace falta un poco de sal.
- Trituramos todo bien y mezclamos 1 cucharada colmada para cada 100 g de pasta. Servimos los platos con el queso restante y la cebolla caramelizada.
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